martes, 27 de abril de 2010

En el Silencio

Caen gotas divinas es el llanto de quienes calman esa sed de ilusiones, la mar se agita recibe esas caricias y las transforma en esa brisa que roza tus labios, y todo se hace en silencio sin que nadie note que tus iris tan delicadas se posan en el azul del cielo ,reflejo eterno.
La vida se torna hermosa cual primavera en el amanecer de tus días, es temprano aun quizás anhelas un mundo brillante como ese carmín que adornan tus labios, mas el Silencio de una mirada recorre tu entorno te hace sentir que en el prado del universo eres esa flor sin fecundar y esperas con paciencia en el mediodía de tu vida y así como tu hay tantas miradas perdidas que anhelan conocer esa felicidad que se esconde y te divisa en el silencio de cada día !!!!!!
Autor: Eduardo Peñaranda

lunes, 26 de abril de 2010

El Alcohol de la Vida

Perdidos entre los sorbos de unas gotas que se remontan dentro de tu piel, mariposa ilusa que paseas tus alas creyendo que la vida es un juego al azar, te observo en silencio como captando tus fantasías.

Seguimos fascinados en un mundo lleno de sarcasmo, crees que a visto de todo, cuando solo has abierto las cortinas de tus iris, y dejas caer esa hiel que tenias escondida, intentas hacer Eco de nostalgias prohibidas y solo recibes bofetadas en tu delicada sutileza de una flor que aun presenta los rasgos de un ayer que nos arrastra por ríos de esperanzas querida Mía !!!
Autor: Eduardo Peñaranda

AMANECER

En cada amanecer la burbuja de tu ser me envuelve entre tus sabanas, me lleva por la fantasía de tus labios, me hace esclavo de tus caprichos.
Soy aquel que roza la delicadeza de tus pétalos, aquel que se pasea en los jardines de la vida solo para ver como las estrellas caminan en el cielo observando el candor que hay en lo mas profundo de tu corazón mientras tu amor se confunde en el eco del tiempo.
Es una sinfonía profunda que nos hacer ver que no hay nada mas inolvidable que las huellas de ese vino de tus labios, en esa acuarela que hay en tu existir.
Autor: Eduardo Peñaranda